miércoles, 2 de noviembre de 2011

XIV Convención de Ordenamiento Territorial y Urbanismo

El tiempo que nos toca
Texto y foto: Jorge Sariol
Los asentamientos humanos y el equilibrio con el territorio en que se habita es un conflicto del que nadie es ajeno, todos comprenden pero pocos asumen.

Tal dilema está siendo auscultado por expertos en un encuentro que acaba de iniciarse en el Palacio de Convenciones de La Habana, bajo el nombre de XIV Convención Internacional de Ordenamiento Territorial y Urbanismo y cuya idea central es casi un espejismo que nos repite todas las mañanas que más allá de nuestras angustias hay alguien intentando llegar a algún lugar.
 
Somos ya 7 mil millones de humanos subido a este planeta. En palabras del novelista cubano Alejo Carpentier, venimos, «agobiados de penas y de tareas» a conquistar un reino, en este mundo cada vez más chiquito y sobrado de conflictos, donde el acomodo no parece ser solo un problema entre lo real o lo maravillo.
Tal vez por eso la frase Dimensión cultural del territorio y la ciudad, que preside el congreso, suena más lejana cuanto más nos acercamos a su esencia.

«Las estructuras y paisajes —urbano-territoriales— expresan valores y organización de cada sociedad», dicen los especialistas, mientras las interrelaciones entre lo global y lo local hacen llover a veces más impactos negativos que positivos. Historia, identidad, patrimonio, estructuras espaciales, espacio público, arquitectura e imagen, diversidad y recursos culturales… todo junto y a veces revuelto, en ocasiones hacen que la sal de la vida tenga un gusto demasiado salado.

Un territorio es coherente si equilibra patrimonio y medio ambiente; si hace de la gestión de gobierno un compromiso de los ciudadanos y de las instituciones; si piensa y ejecuta los procesos de desarrollo, en conjunción con los saberes culturales de las comunidades.


«Una urbe culta labra de manera consciente y responsable su concepto de lo propio» advierten los expertos, para quienes la ciudad creativa es aquella que integra arte y urbanismo, pero todos sabemos que no es tan fácil.

Tal vez sea menos complicado la prevención de desastres que pensar una urbanización en tiempos de cambios económicos, sociales o tecnológicos.

Tal vez el envejecimiento de la población y las soluciones al problema de la vivienda no sean los dos problemas más urgentes.


 



No hay comentarios: