La Habana suma otra maravilla del saber, con la apertura oficial de un moderno planetario.
Por Jorge Sariol
Fotos: Elio Mirand
Fotos: Elio Mirand
A un costado de la Plaza Vieja, en pleno Centro Histórico de la ciudad, una casona antigua recibe desde hace algunos días a quienes disfrutan del conocimiento aún en el esparcimiento. Pero ya dentro del lugar, la sorpresa ofrece a los visitantes la maravilla de la tecnología de un moderno planetario.Dentro del domo principal, un gran salón del universo con la representación del sistema solar a escala, nos muestra al sol y sus planetas. El Astro Rey parece flotar. En realidad se sustenta por una curiosa fijación ingeniera pensada para crear la ilusión.
«La configuración se corresponde con el 21 de junio del 1986, en el solsticio de verano —informa la directora, Lic. Taimí García Marichal—, disposición que permite ver los planetas alrededor del sol de forma propicia a los visitantes, y porque además por la fecha pasaba por el sistema solar el cometa Halley. La imagen del sol —su mapa— es la misma que observaron los astrofísicos cubanos en agosto de 1976».Debajo de la representación del sistema solar, en una pequeña área se podrá ver una simulación de los primeros tres minutos de la evolución del universo, según la teoría del Big-bang.
Todo se ofrece desde la perspectiva de la esfericidad. Una rampa de forma helicoidal rodea al sol y representa el tiempo de evolución del universo hasta la puerta misma que nos introduce justo dentro del globo solar. Y ahí está la otra maravilla del lugar.
El Teatro Cósmico
Le llaman Teatro Cósmico, y es un lunetario con 65 cómodas butacas forradas de negro, y reclinadas unos 30 grados. Muestra a los visitantes en sesiones de 20 minutos, la maravilla de una noche estrellada desde cualquier latitud y en cualquier fecha del año.
«La instalación no es un simple museo ni un centro para divulgar exclusivamente el conocimiento sobre el cosmos —explica García Marichal, geógrafa apasionada de la astronomía—; queremos que sea más que eso, es decir una instalación interactiva, como herramienta de comunicación, no solo para saber de Astronomía sino además para conocer tecnologías y también ciencias afines, entre las cuales están incluidas las matemáticas, física y química, y por supuesto geología y geografía, para un público general.
«En un futuro será un centro de consulta para estudiantes y para todo el que desee hacer un ejercicio de comunicación, e incluso sería una entidad de referencia para aquellas personas que gusten profundizar en el tema del Universo. De hecho será un lugar de intercambio de los científicos con el público interesado y un sitio ideal para conferencias asistidas con la tecnología de punta de la comunicación».
Tecnológicamente el Planetario ha sido una obra muy compleja, desde la misma construcción civil, en una función de valor patrimonial, cuya fachada del siglo 19 no denota la maravilla tecnológica que se verá dentro.
Expertos cubanos —ingenieros, arquitectos astrofísicos y astrónomos— diseñaron y construyeron el predio. El equipo se obtuvo gracias a la colaboración japonesa.
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