miércoles, 14 de octubre de 2020

Coronavirus: vacunas


       Las antípodas de Gulubú*

«Duda siempre de ti mismo,

hasta que los datos

no dejen lugar a dudas». 

Louis Pasteur

Francia (1822–1895)

 

Texto e ilustración : del autor

fotografias: INFOMED

                                                   *La escritora, poetisa y cantautora argentina 
                                                                                               María Elena Walsh (1930–2011), 
                                                                    compuso la canción infantil El Brujito de Gulubú, 
                                 que unas cuantas generaciones de cubanos,                                             escucharon y cantaron a lo largo de cincuenta años. 
                                     Dicho tema intenta sembrar en la infancia,
                                            la semilla del entendimiento en favor de las vacunas.

 De niño tenía terror pánico a las vacunas. A estas alturas no me da pena declararlo. En una ocasión, para escapar del verdugo, me sumergí en un tanque de agua, dispuesto a respirar por un snorkel, pero mi padre me sacó por los pelos, me inyectaron chorreando agua y además estuve una semana castigado. De adulto mayor, por el contrario, he deseado siempre que TODO mal se resuelva con el pinchazo instantáneo, esencial, expedito y redentor de una vacuna inmunizadora. Sin embargo, no es tan sencillo como parece.

 

De Edward Jenner[1] a Louis Pasteur; de Léon Charles Albert Calmette[2] a Carlos Juan Finlay y Barrés, los sabios han puesto empeño en librarnos de todo mal.

Una vacuna es, lexicalmente hablando, un compuesto activo que se introduce en el organismo de un ser vivo para inmunizarlo contra una enfermedad determinada. Son fragmentos del organismo patógeno que provoca la enfermedad; en suma, virus inactivados o atenuados.

«Cada una es distinta y particular, según qué enfermedad combata» dicen los expertos. Las hay sistemáticas y no sistemáticas. Entre las más famosas de todos los tiempos aparecen las antipolio, antidiftérica y antitetánica; en la modernidad están las antihepatitis A y B y antimeningocócica. Las cubanas CIMAvax-EGFhr y Vaxira despiertan devoción y esperanzas, dentro y fuera de fronteras, en tratamientos de inmunoterapia para el cáncer de pulmón, de células no pequeñas en etapas avanzadas de la enfermedad.

CIMAvax-EGFhr es una vacuna para el cáncer de pulmón en etapa avanzada compuesta por EFG (Epidermal conjugada con una proteína transportadora y un adyuvante (Montanide ISA51). Induce la fabricación de anticuerpos que se unen al receptor del EFG (EFG-R), imposibilitando la interacción [EFG↔EFG-R] y de esta manera el tumor se reduce de forma considerable.

    El racotumomab (Vaxira) es un anticuerpo monoclonal anti-idiotipomurino de isotipo IG1 generado contra el AcM P3. El mismo reconoce al AcM P3 e inhibe específicamente la unión del mismo a gangliósidos N-glicolilados, en particular al gangliósido NeuGcGM3, que es un antígeno tumor específico. El gangliósido NeuGcGM3 se encuentra expresado en diferentes tipos de células tumorales.

    https://www.cubandhealth.com/vaxira.php

 


Las hay producidas mediante técnicas de ADN recombinante, péptidos sintéticos, antiidiopáticas y las nuevas conseguidas por métodos tradicionales. La inmunogenicidad es evaluada rigurosamente, tanto desde el punto de vista de quien recibe la dosis, como de la vacuna en sí. Igual la duración de la inmunidad que logra y la necesidad de «dosis de recuerdo» y sus posibles efectos secundarios.

I

 La producción de vacunas supone regulaciones que incluyen análisis económicos, la cadena de frío, el control integrado de enfermedades, la vigilancia, seguridad y las comunicaciones sociales para la formación de cultura de salud.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece pautas para contribuir a un orden mundial en los calendarios de vacunaciones sistemáticas.

El sistema inmunitario humano va a hombros de conceptos de salud pública, inmunidad individual y la de grupo. Todo el proceso que presupone, reconoce riesgos y defiende principios de voluntariedad/obligatoriedad de su aplicación.

Y en este ámbito, las leyes ocupan su lugar ante los llamados medicamentos especiales y que la jurisprudencia de varias partes del mundo agrupa dentro de los inmunológicos: vacunas, toxinas, sueros y alérgenos y son fiscalizados en dependencia de lotes de fabricación y tramitación de expedientes de registro, con previsión de modificaciones anuales, en determinadas enfermedades estacionales.

En Cuba, el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CEDMED), tiene a su cargo, con fuerza legal, una muy completa relación sobre regulaciones y requisitos para el ordenamiento sanitario de productos biológicos de uso humano empleados en Cuba.

 

En tales regulaciones caben, desde las normas para fiscalizar los ensayos clínicos como el nombre o marca comercial: de fantasía, palabra, signo, medio material cualquiera que sea su clase, su forma y su color, que permita identificar y distinguir productos y servicios[3].

¿Qué presupone un ensayo clínico entre el voluntariado?

     · Documento informativo sobre el consentimiento informado, con fecha, hora y firma y todo el tiempo para decidir si participan o no.

    · Una vez dentro del ensayo, pueden abandonar cuando lo deseen, sin dejar de tener atención médica especializada; es un derecho inviolable.

    · El candidato vacunal se aplica en dos dosis: primer día «tiempo cero»; a los 28 días, una segunda dosis.

    · La investigación de manera continua termina a los 28 días después de aplicada la segunda dosis. 59 días en total.

    · Durante ese tiempo hacen cuatro extracciones de sangre, la primera en el tiempo cero, que sería para los que firman y 56 días después de la segunda dosis, pues precisan de análisis de sangre de laboratorio clínico y de inmunología, más dos extracciones intermedias para medir los títulos de anticuerpos.

 

   Aun cuando han tenido un papel dominante en tales menesteres, en los últimos años se despertado un movimiento social anti-vacunas, que ha pretendido voltear dos siglos y tanto de experiencias.

 II

 Ante la pandemia que ha desalambrado al 2020, los países desarrollados intentan, en una carrera a campo traviesa y contra reloj, crear una vacuna salvadora de un desastre planetario.

Según la OMS, con fecha 30 de septiembre de 2020, un total de 192 productos se encontraban en investigación. De ellos, 151 en investigación preclínica y otros 41 ya inmersos en estudios clínicos. Para la fecha, andaban en marcha 77 estudios. De estos, 10 están implicados en 17 estudios en fase 3, todos ellos pendientes de resultados. Es posible que algunas de las primeras vacunas que lleguen al final del proceso no hayan sido probadas en adultos de edad elevada y no cuenten con esta indicación.

Cuba puede, sin embargo, darse el lujo de meterse en la liza. Tiene ya larga experiencia en el plano. Y nuestro candidato vacunal, por razones obvias, llevará por marca comercial un nombre sonoro y desafiante.

El Doctor Vicente Vérez, director del Instituto Finlay y líder del grupo de científicos, ha dicho a la prensa que varias formulaciones de la Soberana 1 han sido diseñadas «para poder evaluar en los ensayos clínicos de fase 1 la respuesta inmune a las diferentes formulaciones y poder decidir, antes de entrar en la fase 2, cuál es la formulación óptima en humanos, algo imposible de predecir en animales (…) Estamos convencidos de que las dos, o al menos una formulación de cada una, van a tener éxito (…) aspiramos a que la Soberana 2 se convierta en la vacuna de los niños, porque la tecnología es muy utilizada en edades pediátricas (…) Y si tenemos tres será perfecto. Se decidirá qué segmento se vacunará con cada una y se podrá llegar más rápido a todas las dosis que se necesitan».

El hecho de que la versión cubana esté incluida en el Rastreador de Vacunas contra el coronavirus es un detalle revelador. Es esta una herramienta interactiva en plataforma web que ha registrado y sigue la pista de algo más de 37, en ensayos clínicos en humanos; y 91 bajo investigación activa en animales. Lo administra The New York Times y todos suponemos no es un simple explorador.

Dicen que…

 Algunos candidatos vacunales que se ensayan contra la COVID-19 contienen escualeno, un compuesto orgánico usado para incrementar la reacción inmune del organismo; es obtenida del aceite de hígado de tiburón. Se estima que se necesitarían alrededor de medio millón de ejemplares para inmunizar con dos dosis a toda la población del planeta. Las alarmas ecologistas, desde luego, se han activado.

Infomed, Portal de la Red de Salud de Cuba

System Messages Algunas vacunas contra la COVID-19 contienen escualeno, una sust ancia extraída de los tiburones, los…

                                                                                  www.sld.cu

Rumbo al nanomundo

 Los estudios sobre vacunas andan montados ya en la nanotecnología, terreno encargado de modelar el futuro en más de cuatro cosas.

Para muchos, entre los descubrimientos más importantes en la historia de la medicina están la penicilina, la anestesia y los rayos X. No obstante casi nadie incluye a la jeringuilla, invento atribuido a irlandés Francis Rynd (1811–1861), creador en 1844 de la «aguja hueca», aunque la fama y la generalización se la dio el francés Charles Gabriel Pravaz (1791–1855), quien diseñó una jeringa precursora de las actuales, con marcas que medían…las dosis exactas.

 




 

 

    [1]El 14 de mayo de 1796, este médico inglés inoculó por primera vez una vacuna contra la viruela. El enfermo era James Philips un niño de ocho años.

    [2]Léon Charles Albert Calmette (* 12 de julio de 1863–29 de octubre de 1933), médico, micólogo, bacteriólogo e inmunólogo francés, importante asistente del Instituto Pasteur, descubridor del bacilo de Calmette-Guerin, una forma atenuada del Mycobacterium empleada en la vacuna contra la tuberculosis.

 

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