El mundo en una neurona
A los jóvenes que lean estas líneas .
Dentro de 40 años,
donde quiera que estén y hagan lo que hagan
serán adultos mayores.
Deberían ir
interesándose en el tema…
Ahora mismo
hay quienes
están buscando soluciones.
¿Qué sabes del alzheimer? ¿Qué deberías saber?
Las estadísticas dicen que 46,8 millones de personas en el
mundo sufren de Alzheimer o alguna demencia relacionada. En el año 2050 dentro
de solo 33 años serán casi el triple.
Llamada la epidemia del siglo, clasifica entre las seis
afecciones que precisan de atención priorizada en relación a la salud mental,
según Organización Mundial de la Salud (OMS).
Es un padecimiento neurodegenerativo, descrito por primera
vez en 1906. La culpa de su existencia no la tuvo el neurólogo alemán Alois
Alzheimer, como algunos creen. Él solo le dio su apellido en sus productivas
investigaciones.
Los países desarrollados son los más afectados, por la
elevación de las expectativas de vida. Esos indicadores demográficos los tiene
Cuba.
Uno de cada 10 cubanos mayores de 65 años padece
Alzheimer—alrededor del 1,3 % de la población cubana— y desde luego, aunque son
cifras aproximadas, se dice que la padecen 160 000. Y si no llega antes una
cura pudieran llegar a los 260 000 para el 2030 y 520 000 en el 2050.
Las características neuropatológicas de la enfermedad están
dadas por la presencia en el cerebro de depósitos proteicos que los expertos
llaman «enrejados neurofibrilares (EN) y placas seniles», presuntos implicados
en el proceso de la degeneración neuronal progresiva y finalmente en el
desencadenamiento de la muerte neuronal.
El ser humano aquejado de Alzheimer comienza por pérdida de
memoria inmediata así como de otras capacidades mentales. El deterioro
cognitivo y los trastornos conductuales comienzan un proceso gradual e
inexorable.
Poco a poco el mundo exterior se apaga en sus cabezas.
I
Sin embargo, ese mundo exterior anda investigando en ciencia
pura y en temas humanos. Se crean grupos de autoayuda, de orientación a la
familia, se elaboran consejos, se publican manuales y redactan guías útiles
para cuidadores.
La terapéutica se encarga de fármacos y estimulaciones
cognitivas. Y en el camino se echa mano, incluso a la medicina natural y alternativa.
Todo cabe en la salvación.
Lamentablemente el diagnóstico más extendido, mediante
pruebas psicológicas, criterios clínicos y la exclusión de otros trastornos
neurológicos, tiene una confiabilidad moderada de alrededor de un 85%.
Un proceder más certero solo es obtenido tras visualización
en análisis post-mortem.
La ciencia, sin embargo, insiste en métodos no invasivos
para el diagnóstico precoz, intentando el marcaje in vivo de sus trazas.
Algunos expertos andan analizando una etiología fúngica de
la enfermedad explorando infecciones causadas por hongos, pero «No hemos
encontrado ―dicen― evidencias de infección por virus herpes ni por espiroquetas
o clamidias (…) hemos detectado la existencia de varias especies de bacterias
que coinfectan el cerebro de estos pacientes».
En tales afanes hay quienes emplean métodos de la
bioinformáticas en el estudio de la interacción proteína-ligando y en la
búsqueda de compuestos líderes en el diseño racional de fármacos. Igual se
realizan visualizaciones mediante técnicas tradicionales de neuroimagenología:
por resonancia magnética y tomografía de emisión positrónica.
II
Otro grupo recorre el trayecto de la prevención.
En el Centro de Neurociencias de Cuba han sido sintetizados
diferentes derivados mono-sustituidos de naftaleno que, de acuerdo con las
evaluaciones realizadas in silico, in vitro e in vivo, resultan afines a las
placas-amiloides.
Los depósitos de péptidos-amiloides pueden aparecen dentro
de los 20 años antes de aparecer los síntomas, de modo que dicha estructura
resulta un objetivo adecuado para su diagnóstico temprano.
Y al parecer una terapia preventiva, resultado de un
diagnóstico temprano, puede retardar el inicio de la manifestación de Alzheimer
¡en cinco años! y disminuir su prevalencia en un 50%.
Pero es solo una pequeña parte de los estudios puestos en
marcha.
Y el mundo no cabe en una neurona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario