De par en par
luz verde y la mejor voluntad.
“Academia
de Puertas Abiertas”, espacio que abrió la Academia de Ciencias de Cuba para el
debate e información de “enigmas y descubrimientos en la ciencia”, ha sido
feliz idea que merece luz verde y la mejor voluntad.
Como
espacio dirigido a toda la población dispuesta al debate público y a las
controversias tecnocientíficas y sociotenológicas, ha
contado con la intervención de reconocidos académicos y especialistas de
la ciencia cubana. Sin dudas ha despertado el interés de muchos, aunque no
a todos los que debiera.
Como
en esta vida no hay nada tan bueno que no sea perfectible, “Academia de Puerta Abiertas”,
merece mejor audio.
Si
el discurso no llega audible con comodidad, se pierde la mitad de la
comunicación. Igual si, por un afán de modernidad, mezclado con su poco de supuesta
desenfadada formalidad, pareciera que estar cerca del auditorio, aproxima más al
disertador al alma de la representación social.
No estoy muy seguro.
No estoy muy seguro.
El
hermoso y solemne paraninfo donde tiene lugar “Academia de Puertas Abiertas”, no
puede perder su trascendencia. La modernidad no la da la tecnología, sino el uso
que hagamos de ella. Nada indica que si el disertante sube al estrado destinado
para la conferencia, parecerá pedante o demasiado jactancioso.
La
tecnología en materia comunicacional que poseemos, la hubieran añorado en tales
trances desde don Tomas Romay a Carlos Juan Finlay; desde el presbítero Félix
Varela al brillante ingeniero Francisco de Albear.
Y
desde el estrado, con una buena pantalla y toda la eficiencia y eficacia de un
PowerPoint, harían del alegato sociotecnologico una expansión entretenida,
interesante, sustanciosa, maciza y mediática.
Obvio
el calor tropical e insular/caribeño Y la falta de insonorización. Son
demasiado evidentes y por ahí se debía comenzar.
Es
raro y difícil lograr el equilibrio en cualquier ámbito de la vida.
Son
muchas las tareas que ahora mismo propone la Academia de Ciencias de Cuba.
En los predios de Cuba 460, entre Amargura y
Teniente Rey, la joya patrimonial que la representa ha acogido todos los terceros
jueves de cada mes, a las 10 de la mañana, el espacio “Academia de Puertas
Abiertas”.
Ha
sido feliz idea y merece luz verde, continuidad
y la mejor voluntad.