¡ABUELA! ¿QUE PASARÍA…?
Las estrellas no caen en la cabeza de las gentes, asegura una canción infantil compuesta y cantada por la dulce María Álvarez Ríos para varias generaciones de cubanos. Y es cierto, las estrellas no hacen cosas como esas, pero riesgos de que nos caigan encima al menos un meteorito, siempre hay; de hecho…
Por Jorge Sariol Imágenes de meteoritos, cortesía del Dr Jaiméz, IGA.

Hay muchos reportes de caídas —incluso lluvias— de meteoritos en el desierto de Atacama, en Chile y en USA, primero porque el área es mayor; segundo porque hay mayor posibilidad de conservación en climas secos que en el trópico, ya que la mayoría tiene un fuerte componente de hierro y con la humedad se oxidan rápidamente. Y tercero porque hay muchas personas dedicadas a la observación y búsqueda, pues habitualmente se subastan y a buen precio.
Al Instituto de Geofísica y Astronomía (IGA), de Cuba llegan muchas personas con muestras, pero escasas son las que resisten el análisis.
Pero de que impactan, impactan.
¿Y si me cae una estrella?
Sucedió en la finca Palmarito, cerca de Lajas —el rincón querido—, en la provincia Cienfuegos. El 10 de junio de 1994, muy cerca de donde dos hombres araban la tierra, se produjo un impacto; se levantó una polvareda y los bueyes se inquietaron. A pocos metros, ante los ojos atónitos de los campesinos, en el fondo de un embudo había una piedra aún caliente. Era un sideralito de 5 por 12 cm. y pesó 400 gramos.
Se ha reportado el hallazgo en territorio nacional de 6 meteoritos de los cuales sólo el de Lajas se vio caer. Y hay confirmación altamente científica de 4 «cambolos» extraterrestres.


Hay un séptimo candidato, descubierto sobre el tanque experimental del Laboratorio del otrora CENHICA, también en el Municipio Boyeros, en la capital cubana en el 2006. Pronto será analizado.

Es posible la existencia de meteoritos marcianos y lunares, de constitución pétrea. «Si te encuentras un pedazo de basalto pudieras creer que es un meteorito—advierte el Dr. Efrén Jaiméz, especialista del IGA—, pero en la tierra hay este tipo de roca. Pero si la ves en medio de una llanura caliza, la primera pegunta es ¿cómo llegó hasta aquí? Necesitas ir al laboratorio y comprobar los gases atrapados. Si no son gases terrestres, entonces la piedra basáltica es venida del espacio».
¡Que viene Apophis!
Pasará cerca de la Tierra en el 2013 y también en el 2021. El 13 de abril de 2029 lo hará a sólo unos 38.000 kilómetros, ¡más cerca que la Luna! Se llama Apophis, es un asteroide, tiene trescientos metros y no ocurrirá nada hasta entonces. Pero 7 años después, en el 2036, cuando pase el perihelio y le dé la vuelta al sol, la probabilidad de impacto aumenta y le pudiera tocar a cualquier sitio del planeta.
«Para la fecha se habrá creado un método para evitar la catástrofe —asegura el Dr. Jaiméz—, que no será destruirlo en curso pues produciría fragmentos que multiplicaría el riego de choque y destrucción. Hay idea de enviar un cohete portador de paneles que sin impactarlo, usando el plasma solar como viento, ayude a desviarlo y lo aleje para siempre, pues si no colisionara, seguiría siendo un peligro de que se quede en órbita tierra-sol e incluso circunsterrestre, como una luna, lo cual sería riesgo permanente. Está muy lejos todavía».
Somos polvo de estrellas
Pero no toda la materia que sigue cayendo del espacio es materia inorgánica. Hay meteoritos que tienen carbono orgánico en su composición; hay glicina en un cometa —del que una sonda trajo muestras—, y se sabe que hay lico-aldehídos en las nebulosas. Hay un tipo de meteoritos pétreos o lititos, conocidos como condritas carbonaceas, que tiene cóndrulos, es decir gotas súbitamente enfriadas en el momento en que se formaron, en los inicios del sistema solar.
Hay estrellas que llegan a una etapa en que consumen todo el hidrógeno —llamado el combustible nuclear—; es entonces cuando el helio comienza a recombinarse y se conviertan en estrellas metálicas, es decir de carbono o nitrógeno.
La Panspermia es una de las teorías que asegura que si no la vida, al menos han llegado del espacio elementos que la formarían al combinarse.
Si es cierto que el saber no ocupa lugar, indiscutiblemente es bueno tener lugares para saber.